sábado, 2 de febrero de 2008

Releer a Shakespeare a través de Victor Hugo

Todos aquellos que disfrutan leyendo bueno sobre bueno tienen suerte con el ensayo que Hugo dedica a la obra de Shakespeare.
En sus primeras páginas Hugo recoge algunas de las críticas desafortunadas que ha suscitado la obra del inglés, en las que se le califica de "sacude-tragedias" o se le acusa de obsceno, pueril, vulgar y patético. Se mantiene en el anonimato a los autores de tales juicios porque es muy probable que ellos así lo prefieran.
Hugo habla de Shakespeare con generosidad e inteligencia. No se aparta de su obra sino que la toma como punto de partida para hablar de las cuestiones esenciales de la literatura: qué convierte en genio a un escritor; cómo se crea un arquetipo; el uso de metáforas en poesía o la diferencia entre sencillez, sobriedad y pobreza.
El protagonista es Shakespeare y con él toda la literatura. Hugo retoma a Cervantes, Esquilo, Dante y Juvenal, entre otros. Coloca el retrato de Hamlet frente al de Prometeo porque no se anulan, sino que se complementan. Prometeo es la acción, Hamlet es la duda.
El Shakespeare de Hugo es un ejemplo de buena crítica, donde el genio del que escribe se pone al servicio del genio del que habla.
Publicado por la editorial Nexos, Manifiesto Romántico.

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